La moringa es rica en muchos nutrientes importantes, como proteínas, vitamina B6, vitamina C, riboflavina y hierro. Por lo tanto, reduce los niveles de colesterol, reduce la presión arterial alta y reduce el riesgo de enfermedades del corazón.
Curcuma mitiga las consecuencias que se han producido en relación con las manifestaciones de insuficiencia cardíaca; es decir, previene la aparición y desarrollo de la hipertensión.
El ginseng aumenta la función cardíaca, alivia la fibrosis miocárdica y equilibra los niveles de colesterol y triglicéridos.